MARTES 16 de Abril
MARTES 16 de Abril // GENERAL PICO, LA PAMPA
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  VIERNES 18/03/2016
Zircaos vuelta al mundo. Capítulo 36: Taj Mahal,India
“Vivir con poco” nos dijo un amigo hindú “y así estar tranquilo y poder disfrutar de la vida…”

Entre los colores de esta India linda seguimos viajando por sus rutas que siempre terminan llevándonos a lugares sorprendentes, inimaginables y la gente que se cruza en el camino sigue siendo la protagonista de esta historia que vamos armando día a día.

Justo la última noche que pasamos en Delhi, mientras escalábamos conocimos a una pareja, èl francés y ella colombiana que con una sonrisa bien caribeña y fresca se acercó a conversar con nosotros.

Quintín y Alma se pusieron felices de encontrar gente que habla nuestra misma lengua y aunque en el viaje ya se comunican un poco en ingles, conversar con alguien en español los pone más felices aún.

Antes de despedirnos ellos nos pasaron el dato de una familia hindú que vivía camino en dirección a dónde íbamos. Muy contentos de tener un punto de llegada y saber que alguien nos esperaba salimos dejando Delhi a media mañana.

Después de unas pocas horas de viaje, en la ruta, a mano izquierda vimos un cartel que servía como referencia. Cruzamos el portón y entramos en otra dimensión, estacionando en medio de la naturaleza. Seguimos caminando en dirección a la casa y ahí estaban, esperándonos, con una sonrisa tan simple y transparente que me emocioné.

Babuji, el padre, un señor muy delgado, con un tono de voz suave y un hablar tranquilo, de huesos marcados, de pelo largo color blanco y una sonrisa inolvidable, extendió la mano y luego nos dio un abrazo con una calidez indescriptible. Yo sentí una caricia en el alma de alguien que acababa de conocer. Estas son las cosas maravillosas de un viaje, la gente.

Su mujer se acercó al instante también, se veía mucha paz en sus caras, mucha felicidad. Su hijo menor y Lalo, su compañera francesa y sus dos hijos estaban recién llegaditos de Europa para pasar los 6 meses en India como lo hacen cada año visitando a sus abuelos.

Todo el entorno era perfecto, naturaleza, silencio, atardecer, un ranchito de adobe, un hornito de barro en el patio y otro bajo la galería, (aunque había un par más de construcciones este era el punto de encuentro de toda la familia). Una huerta inmensa donde cosechan lo que se cocina cada día, una vaca para la leche, una montañita de tortitas de bosta de vaca seca para reavivar el fuego, el patio de tierra íntegramente barrido con escobas de quínoa y un aire mágico. Si describiría el lugar con una sola palabra seria esa: mágico!

Enseguida al ver la cara de Babuji con su mirada dulce agradecí al universo.

Inmediatamente al llegar nos ofrecieron fumar “shisha”, la famosa pipa de agua que acepté con ganas, luego llegó el chai y varias cositas más acompañando la conversación en total paz y disfrute de ese momento. Solo lo perturbaba un grupo de monos que estaban siempre listos para atacar la huerta.

Alma y Quintín enseguida se pusieron a jugar con todos los niños, desaparecieron de repente perdiéndose entre el campo, subidos a los árboles, jugando en las hamacas y andando en bicicleta. 

Al ratito de nuestra llegada su mujer y algunas personas más comenzaron a preparar la comida para la cena, cuando el sol empezó a bajar los hornitos se empezaron a encender para cocinar. Ollas, aromas a especias, los colores de los ingredientes, el trigo pronto para hacer la masa del chapati, el infaltable pan de los hindúes y que Alma y Quintín ayudaban a amasar y ponerlos al fuego, todo empezó a funcionar al aire libre como cada día y casi a oscuras.

Una vida rustica la de estos pueblos, rustica y liviana de cosas. Al ver a Babuji disfrutando de todo esto con sus 74 años a cuestas, viendo como vivía intensamente cada instante le pregunté por su paz y el me respondió: “es que la vida es con poco”, se dio vuelta y siguió metiendo leña al fueguito.

Pasamos tres días preciosos en su casa, no nos quedamos más tiempo porque no pudimos. Daba para pasarse unos cuantos días en familia, largas charlas, fuego, paz, comida rica (aunque algunas cosas demasiado picantes para mi gusto) y alguna cervecita (después de varios meses de abstinencia en los países musulmanes). Nos contaban que aunque todos sus hijos ya tienen su propia familia siguen con la costumbre que una vez al día se reúnen todos juntos para comer.

Estando allí fuimos a visitar un lugar en el que habíamos estado con Guille hacía 9 años atrás, Fatehpur Sikri, volvimos a visitar la gran Mezquita y la ciudad abandonada, así que nos tomamos un autobús local y luego de hacer 20 kilómetros estábamos ahí, volviendo al mismo lugar pero esta vez siendo cuatro. Recordé cada lugarcito que habíamos pisado tiempo atrás y fue muy emocionante volver todos juntos, de la mano, recorriendo este mundo que impresiona por lo mucho que tiene para regalarnos.  

No me gustó nada, pero al día siguiente me lo tuve que pasar en la cama, con mucho dolor de estómago, supongo que por la sobredosis de cosas demasiado picantes. Enseguida desde la casa vinieron con una hierba seca triturada y la recomendación de tomarme dos cucharadas de ese preparado junto con agua. De a poquito empecé a sentirme mejor. 

A la mañana siguiente nos fuimos, después de despedirnos lagrimeando un poco e intercambiando algunos recuerdos. Siempre cuesta despedirse pero uno ya se va acostumbrando a los momentos de esta vida, que todo llega y que todo pasa. Disfrutar el instante y el ahora es el aprendizaje. Esta vida es corta para pensar demasiado en lo que vendrá.

Y el viaje siguió, como cambiando de canal esperando la próxima parada para ver más. Próximo destino Taj Mahal, situado a unos poquitos kilómetros de la ciudad de Agra. También era uno de los lugares que habíamos visitado años atrás los dos solos y era una emoción enorme poder hacerlo ahora con nuestros hijos. Cuando llegamos y volvimos a ver esta construcción tan imponente volví a sentir lo mismo, la piel de gallina al asomarme en la puerta que da al jardín y verlo ahí, majestuoso como siempre.

El Taj Mahal es una de las 7 maravillas del mundo moderno, es el Mausoleo que el emperador musulmán Shah Jahan mando a construir en el año 1600 en honor a su esposa favorita que murió en el parto de su decimocuarta hija. Se tardó unos 20 años en terminarlo.

Todo en perfecta simetría, se puede admirar esta impresionante obra de arte desde el Jardín Del Paraíso, un espacio verde, natural, limpísimo que rodea el Mausoleo hecho de mármol blanco, piedras semipreciosas incrustadas y versos del Corán gravados en sus paredes. Dentro, en un espacio pequeño se encuentran la tumba del emperador y su esposa, juntos para siempre.

Detrás pasa el rio Yamuna donde al atardecer se ve reflejado el Taj Mahal, otras de las postales más bonitas del lugar. Dicen que con las diferentes luces del día el Mausoleo puede llegar a cambiar unas 10 veces de tonos de colores según como alumbren los rayos del sol.

Volver a estar allí fue algo que deseamos y pudimos hacerlo en compañía de nuestros hijos. Me emocioné. Es tan impresionante que solo estando ahí, parado frente a él se puede saber lo que se siente.

Pasamos unas horas recorriendo todo, ya al atardecer, un ratito antes que cerraran, saliendo por la puerta principal me di vuelta una vez más para admirarlo, un tono anaranjado lo cubría. Maravilloso!!!!

Seguimos descubriendo esta India impredecible, mística, desordenada y sucia, en el mejor sentido, pero con un semblante puro, lleno de vidas pasadas, de enseñanzas y de caminos rotos. Una India que sigue impactando no importando cuantas veces se regrese a ella. India es única, es maravillosamente un tesoro en la hora de los recuerdos de viaje y la gente es lo que queda… para siempre.

 

A seguir disfrutando de esta aventura!!!

Abrazos! Gracias por acompañarnos!!!

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Hasta el próximo capítulo!!! 

 

Comentarios
 
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 17/07/2016 | 01:32 Hs
Enviado por Mirta
Excelente el relato de las vivencias y las imágenes. Viajo con ustedes. Sigan disfrutando de esta hermosa aventura.
 
 21/03/2016 | 13:45 Hs
Enviado por Angel
Qué buenos los reportes del viaje, las imágenes y los comentarios; los pequeños grandes reporteros y la edición con la música y los sonidos del lugar!. Buen viaje!!
 
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Diseño y diagramación: A P