SÁBADO 20 de Abril
SÁBADO 20 de Abril // GENERAL PICO, LA PAMPA
Seguinos en
Compartir
Twittear
  MARTES 18/08/2015
Zircaos Vuelta al mundo. Capıtulo 14: Estambul
Después de varias horas de viaje y dejando atrás a los amigos de Balabancik, los campos sembrados y los pastores con sus ovejas llegamos a la gran Estambul, una ciudad inmensa, calurosa, con casi 16 millones de habitantes.

Llegamos sin bienvenida, entramos como en un embudo, caótica, llena de información, vida en las calles, gente (que nada tiene que ver con la gente del interior con su paso tranquilo y sin tiempos).

Puestos de comidas, alfombras, ropas, agua, más gente, zapateros, puestos de choclos asados y hervidos de los cuales se consumen miles por día, es una de las comidas al paso que más se ven aparte del kofte, del doner que acompañadas con un fresquísimo ayran (bebida hecha a base de yogurt) dan un respiro al calor.

Estambul, la ciudad que está dividida en dos continentes y que pareciera que nunca duerme, que siempre hay algo para descubrir.

Estacionamos y paramos a dormir los 5 días en una especie de parking de tierra gratuito, frente al puerto, cerca del centro y a pleno sol, no había otra alternativa. Desde ahí podíamos ir caminando hasta las mezquitas más importantes del centro.

Estambul... "La ciudad de las mil mezquitas" (se dice que hay una por cada calle) y que cuando se escuchan las oraciones por los altavoces el eco recorre la ciudad y éstas se hacen infinitas, por eso mismo dicen que Estambul reza todo el tiempo.

Una a la que fuimos fue la "Mezquita Azul", inmensa, por dentro y por fuera. Una fila muy larga de turista y de locales esperando entrar. Los turistas tienen horarios de visitas cortado ya que no se permite la entrada en el momento de los rezos (que son 5 al día) y antes de entrar hay un mostrador donde se provee  de faldas largas, pañuelos y túnicas para ingresar sin inconvenientes, además de sacarse los zapatos.

Dentro, un suelo inmenso alfombrado linealmente para la ubicación de los fieles, todo ese espacio puede ser usado solo por los hombres, las mujeres disponen de uno pequeño detrás de una especie de biombos. 

Fuimos al "Gran Bazar" y al "Mercado de las especias" donde nos hubiéramos quedado anclados ahí degustando toda la tarde los dulces turcos con aromas de frutas, rosas y frutos secos, donde predomina el almíbar en casi todos y el pistacho y el higo son los protagonistas de muchos. Deliciosos y empalagosos!! Como nos gustan!

Otra de las cosas para sentir profundamente por las callecitas del mercado es el aroma de los tés. El auténtico es el té negro, el que se toma en todas las casas, luego para los turistas los hay de todos los sabores y colores.

Paseamos por el puerto inundado de ofertas de comidas con olorcitos que te abren el apetito a cada paso, de pescado asado, de especias, de cosas desconocidas para uno y populares en el lugar.

A cada momento se descubre algo nuevo.

Pasamos por algunos lugares donde se toma el té o se fuma shisha (pipa de agua) y en las mesas vimos cartelitos indicando que estaba prohibido besarse.

Por la religión no se bebe alcohol, está prohibido, solo algunos lo hacen. Si el lugar no es turístico casi no hay nada alcohólico para poder comprar. En los grupos de gente que se reúne ya sean jóvenes o mayores siempre está el té para compartir, llamado cay.

A pesar de los más de 40 grados que se siente en esta época del año resulta difícil de comprender como pueden sobrellevar el calor las mujeres musulmanas, las turcas visten pañuelo para cubrir la cabeza, mangas largas, faldas o pantalones hasta los tobillos y la mayoría de las veces tienes 2 capas de ropas, luego están las que usan las túnicas negras, de pies a cabeza donde apenas se le ven los ojos, algunas usan guantes también, la mayoría de estas mujeres también pertenecen a la religión musulmana pero de otros países y es por eso que en Estambul siendo un lugar turístico se ven bastante.

Cuesta acostumbrarse a ver y a no sufrir tanto el calor por ellas. A parte de un montón de sensaciones que se sienten al verlas. Que no sientan la brisa del viento en la piel, el agua del mar... Pero la religión aquí es tan fuerte que estremece.

Después de haber estado unos días en la gran ciudad entre el calor y grandes descubrimientos decidimos dejarla y seguir camino. Turquía es tan grande que lleva un buen tiempo para recorrerla y sabíamos que eso era solo el comienzo, que debíamos seguir andando.

Teníamos muchas ganas de conocer el Mar Negro y para el norte salimos. A mitad de camino nos sorprendió un gigantísimo parque de diversiones, con un sinfín de toboganes y pasadizos. Decidimos quedarnos porque el lugar era ideal para quedarse a jugar todo el día, aire libre, verde. Pasamos la noche ahí, por supuesto junto a una fuente de agua fresca y aprovechando un poco de señal de internet.

Al otro día dirección playa y con todo el calor de este verano... llegamos.

Directamente al mar. Y fuimos sorprendidos por las costumbres musulmanas en un día de playa. Mujeres, hombres, jóvenes, abuelos, niños, disfrutando como nunca. Pero lo que nos llamó mucho la atención fue que por primera vez veíamos a las mujeres en la playa y otras metidas en el mar íntegramente tapadas. Algunas con la ropa normal y otras más modernas con ropa especialmente hecha para el agua.

Fue un día muy especial al poder ver y disfrutar el paisaje del pueblo musulmán.

Esa noche dimos una vuelta por la centro de la ciudad, alguien nos invitó a probar un tipo de pasta picante mezclada con lechuga y envuelta en una especie de pan muy fino.

Esa noche encontramos un lugar para dormir en una estación de servicio, debajo de un arbolito, al pedir permiso el chico que estaba atendiendo nos dijo algo en turco más alguna seña y nosotros entendiendo que nos había dicho que si, le dimos las gracias eufóricamente por dejar quedarnos hasta el día siguiente.

Después de unos días nos enteramos que en verdad el chico nos había dicho que no. Y por eso su cara de desconcierto al ver que plantábamos bandera bajo el arbolito, je!

Aquí las señas con manos y cara son increíbles, aparte muchas significan lo contrario a los que es para nosotros.

Entre otras cosas hemos descubierto que lo que en argentina conocemos como mantecol viene de por acá je! Los hay por todos lados y de mil marcas diferentes. Se llama Tahin y está hecho de pasta de sésamo y helva para endulzarlo. Riquísimo!! Aparte de haber encontrado también alfajores. Si! Si!, no tienen dulce de leche por dentro, tienen algo parecido a un merengue, y bañado en chocolate, pero cerramos los ojos, le ponemos un poco de onda y hacemos de cuenta que un Guaymallén entra en nuestras bocas.

A todo esto las sonrisas no paran, la amabilidad siempre está presente, el cariño, el saludo de la gente que nos pasa en la ruta tocando alguna bocina y que siempre alguien se acerca para charlar un rato, que termina siendo una conversación con un idioma inventado entre señas, sonrisas, buena onda y algo para compartir.

Gracias por subirse a nuestro viaje!!!!

Que lo disfruten!!!

Sígannos en Facebook: ZIRCAOS VUELTA AL MUNDO

Y suscribite a nuestro canal de youtube: ZIRCAOS

Comentarios
 
ACLARACIÓN: No se publicarán insultos, agravios, ni cualquier otro texto con términos injuriosos.
Tampoco se publicarán comentarios con mayúscula fija.
No observar estas condiciones obligará a la eliminación automática de los mensajes.
 
 26/01/2016 | 11:57 Hs
Enviado por Hector Cabral
El domingo 24 de enero los escuche en el programa de Tete en radio 10. y es asi que me enganche, es buenisimo lo que viven y poder participar a distancia. Los felicito un gran abrazo gracias gracias
 
 19/08/2015 | 08:33 Hs
Enviado por Graciela Papera
Gracias por permitirme viajar con ustedes no saben como espero sus videos. Genio el camarografo, y los artistas. Gracias gracias totales
 
 18/08/2015 | 23:11 Hs
Enviado por Graciela Brown
Realmente,disfruto de los viajes....pero,el capítulo 14,me encantó!!! Gracias,Zircaos!!!
 
Escriba su comentario



Diseño y diagramación: A P