“Señora mamá, voy a ser educada porque yo pretendo criar a mi hijo sin los defectos generacionales nuestros sino evolucionando para que estos pequeños sean mejores que nosotros.
Ayer a la salida del jardín mi hijo y otros tanto extendieron sus manitos para que usted les dé una invitación de cumpleaños que obvio no le dio. Porque como quien aparta ganado en un campo usted en un acto que a mi criterio deja mucho que desear iba seleccionando quién sí y quién no.
Yo, cuando mi hijo me preguntó por la noche, me guardé todas las palabras que usted se merecía en ese momento y para ser mejor le dije que ya me había dado la invitación a mí. O sea yo le mentí a mi hijo, señora, para no decirle que usted es una mal educada, discriminadora y creída de que tiene estatus social, cuando en realidad tiene bajeza social.
No le voy a pedir porque no soy quien para pedirle que invite a todos. Lo que si, señora, la próxima use la cabeza y use la lista que se nos entregó el primer día con las direcciones de cada uno para llevarle la tarjeta personalmente a cada quien que usted crea merece ser invitado.
Y un consejo para usted: Estaría bueno que le enseñe otros valores a su hija. Valores de compañerismo, igualdad y equidad. No contamine con sus actos una generación que tiene que superarnos no retraernos”.
Por Andrea Benna