Su pasión por el fútbol lo llevó a meterse de lleno durante años en la vida institucional del Club Atlético All Boys, institución en la que es considerado uno de los más respetados directivos de la historia.
Su relación con el equipo Auriazul comenzó en la década del '40, al poco tiempo de su llegada a Santa Rosa proveniente de Rolón. Su identificación con el club fue tan fuerte que, incluso, la cancha de la avenida Spinetto, donde juega el primer equipo, lleva su nombre.
Posteriormente se produjo su desembarco en la política a través del Mofepa, espacio con el que llegó a la intendencia de Santa Rosa, cargo al que arribó tras imponerse ajustadamente al Partido Justicialista en las elecciones de 1973.
Accedió a la candidatura por una expresa convocatoria que le hizo el exgobernador Ismael Amit, quien lo había conocido tiempo antes. Pero como la experiencia política no resultó como él se la había imaginado presentó la renuncia al cargo. Sólo habían transcurrido quince meses de su asunción como jefe comunal de la capital pampeana.
Volvió a su estudio de abogado, trabajo que durante años matizó con su desempeño en el fútbol, más allá de un breve regreso a la política en los '90. Fue también un apasionado del Derecho, profesión que seguía ejerciendo y fue uno de los pocos, en época de la dictadura, que atendió y defendió a presos políticos, a despecho de su enrolamiento posterior con el MoFePa, partido entonces muy ligado a los militares.
Lo sobreviven su esposa Kuka Albertín, sus hijos Ivalú, Marcelo y Carito y sus tres nietos.
Sus restos serán velados de 9 a 17 en sala de la Cooperativa Popular de Electricidad de Santa Rosa. El sepelio se producirá a las 17 en el Cementerio Parque.
(Fuente: DiarioTextual)