Con realidades totalmente opuestas, River y Huracán se dirimieron un nuevo título nacional.

Si bien el "Millonario" intentó adueñarse de la posesión de la pelota, el que generó la primera ocasión para romper el marcador fue el "Globo".

En una acción aislada, interpretada por Cristian Espinoza, el delantero probó a un dubitativo Marcelo Barovero, quien mostró serias dificultades para retener un disparo que no parecía llevar demasiadas exigencias.

Los pelotazos largos de Marcos Díaz hacia Ramón Ábila eran las herramientas más empleadas por los de Parque Patricios, mientras que los de Núñez intentaban gestar las situaciones de riesgo a partir de las combinaciones entre Ariel Rojas, Rodrigo Mora y Carlos Sánchez.

A los 22 minutos se produjo la sorpresa. Una exquisita asistencia en profundidad de Patricio Toranzo hacia Espinoza, le permitió a Néstor Apuzzo ilusionarse con una nueva estrella. El atacante se deshizo de Ramiro Funes Mori con gran facilidad y envió un centro hacia atrás para la llegada de Edson Puch. El potente disparo del chileno dejó sin posibilidades a "Trapito" y el 1 a 0 encendió un espectáculo que había comenzado adormecido.

Los constantes centros provenientes del sector izquierdo complicaron a Eduardo Domínguez y Hugo Nervo, quienes demostraron un sacrificio conmovedor. Una tarea muy parecida a la que realizó "Wanchope", quien se peleó constantemente con Jonathan Maidana para establecer algunos contragolpes.

Ante la carencia de ideas en ataque, Marcelo Gallardo envió al campo a Leonardo Pisculichi y Sebastián Driussi. Los intentos lejanos de Camilo Mayada y los anticipos de Rodrigo Mora fueron los argumentos más sólidos para llegar a la igualdad. La fórmula provenía desde el Uruguay.

En el desenlace, Marcos Díaz se convirtió en héroe al desactivar dos cabezazos consecutivos que merecieron estirar la resolución del encuentro a los penales. Con una volada monumental frente a Mora y dos efectivos cachetazos contra Cavenaghi, el santafesino se lució para que Huracán vuele bien alto.

Después del dolor que representó la prematura eliminación de la Libertadores, los de Apuzzo se tomaron revancha con la Supercopa Argentina. En cambio, la derrota le dejó un manto de dudas a la banda, sobre todo si se tienen en cuenta los tres Superclásicos consecutivos que se le avecinan.

Lejos de todos los pronósticos, el más débil se emborrachó de alegría con una nueva copa nacional. Huracán encontró la tierra prometida en San Juan. (Infobae)