En medio de tanto dolor, Enrique puede volver a sonreír. Es que el corazón de su hija Ayelén late, vive y crece. En 2004, tras un trágico accidente que terminó con la vida de su mujer y su hija de 11 años, decidió donar el corazón de su beba de 18 meses que había quedado en estado vegetativo.
Abril, con 16 meses, sufrió un adenovirus y debió ingresar en emergencia nacional del Incucai. Tenía los minutos contados hasta que el corazón de Ayelén estaba esperando volver a latir. Abril y Ayelén tenían distinto grupo sanguíneo y no contaban con ningún lazo de sangre en común, pero gracias a un trasplante inédito en el Hospital Garrahan es Abril quién festejó este fin de semana sus 15 años.
“Enrique, el invitado de honor. Es el segundo papá de mi nena”, dijo Sergio, el papá de Abril. “Hoy el corazón de su hija está en el pecho de la mía. Nosotros lo vivimos así desde que Abril era chiquita. Tengo la tremenda responsabilidad de cuidarle el corazón a la hija de Enrique", señaló emocionado según publicó minutouno.com.