A unos 1500 mts. aproximadamente, me detengo ante un control caminero. Un policía me pide la tarjeta verde y mi carnet, se lo entrego, lo mira rápidamente y me dice “que me estacione en la banquina porque me he adelantado al camión indebidamente”.

Le insisto en que no era así, también quienes viajaban conmigo aseguran que no era como él decía, que me encontraba habilitado para el sobrepaso.

Me detengo y “hago la cola” para recibir mi infracción; es necesario que resalte que éramos un total de siete vehículos con la misma acusación y sus conductores con el mismo reclamo. ¿Es posible esa cantidad de infracciones en sólo unos minutos? ¿Todos confundimos la demarcación? ¿Podían ellos ver desde esa distancia nuestra supuesta falta?

Todos los presentes, es decir, quienes estábamos acusados fuimos tratados con soberbia y arrogancia por parte de los CINCO agentes de la Policía de Córdoba que se encontraban en el Operativo. En ningún momento escucharon nuestros planteos. Es más, permanecían imperturbables ante cualquier comentario.

Es no menos curioso que todos los imputados, sin conocernos, tuviéramos la misma posición. Queríamos hacerles notar que no había evidencias de lo que ellos nos acusaban, que evidentemente “era su palabra en contra de la nuestra”, pero se imponían por el sólo mérito de sus uniformes.

Se creó un clima desagradable y tenso que duró varios minutos. Como anecdótico de tantas expresiones que es imposible relatar por este medio, uno de esos agentes llegó a decirme “que me fuera a quejar a Vialidad si no había aún pintado la ruta de amarillo”… Es decir, debíamos imaginar que allí debería corresponder una doble línea amarilla… ¡cuando la pinten, claro!

Mientras pasaban los minutos, se retiraban algunos con su acta de Infracción pero se sumaban otros que iban cayendo en esta verdadera “trampa cazabobos”. En un momento, pasa un camión con acoplado cargado de animales sin las luces encendidas, a los pocos minutos una camioneta con un tráiler, también sin luces. Los que estábamos allí les reclamamos que ignoraron a esos vehículos. Sin levantar la vista de lo que estaban escribiendo, sin mirar hacia donde les indicábamos, siguieron en su trabajo de redacción de actas.

Todos los que estábamos en ese mismo trance firmamos en disconformidad, hecho que también debería hacer pensar que es un tanto raro. ¿Todos estamos equivocados? Quiero expresar que siento pena por comprobar que aquellos que deben cuidarnos denigren una institución tan importante de nuestra sociedad con mentiras y malos tratos. ¡Una verdadera injusticia!

Como corolario, escucho por los medios de comunicación la difusión del Operativo “Córdoba te previene, te guía y te cuida” que tiene como fin “explicar aquellas cuestiones que tienen que tener en cuenta al momento de transitar por Córdoba y de vacacionar”… “Les estamos informando los cuidados que deben tener: el uso del cinturón de seguridad, las luces bajas encendidas, la velocidad máxima permitida y que tengan en cuenta todo este tipo de situaciones para que no surjan inconvenientes y sean unas vacaciones tranquilas”.

Poco amable la manera de informar, de guiar y de cuidar… Es más una interesante manera de RECAUDAR, una especie de Peaje Forzoso hacia la provincia hermana. Resulta extraño el spot publicitario comparándolo con la realidad…

Atentamente

Walter Ramello