VIERNES 19 de Abril
VIERNES 19 de Abril // GENERAL PICO, LA PAMPA
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  MARTES 02/01/2018
Zircaos Vuelta al Mundo. Capítulo 22: Llegamos a Machu Picchu!
Una vez que hicimos los 10 kilómetros a pie por las vías del tren llegamos a Aguas Calientes, el pueblo donde se hace la última parada antes de empezar a subir hasta el Machu Picchu.

El lugar está preparado perfectamente para el turismo. Hay para todos los gustos y presupuestos, desde hoteles exclusivos hasta habitaciones compartidas, restaurantes caros y platos de comida bien económicos en el mercado local donde se comparten las mesas con gente del lugar. Bares, puestos de ventas de suvenir, muchas luces, mucha gente y movimiento. Increíblemente todo eso en medio de la montaña.

Apenas llegamos nos fuimos a la plaza y encontramos a nuestros amigos, el hotel en que ellos estaban había una habitación disponible, muy cerquita, a solo 20 metros de la plaza. En realidad todo es cerca, el correo, la oficina donde venden las entradas al Machu Picchu, el mercado, el rio, las montañas, los hoteles, comedores y restaurantes. También, al final de la calle principal el lugar cuenta con unas exquisitas aguas termales. Todo se concentra en este pueblito, en un pequeño trozo de espacio, donde todo encaja perfectamente, mientras que alrededor la naturaleza invade, calma y tranquila.

Al día siguiente, después de esperar un rato largo en la fila pudimos comprar las entradas para “ciudad perdida”. El ticket a la ciudadela inca es más barato (casi la mitad) si uno ingresa después de la 1 de la tarde. Casi toda la gente lo compra en la oficina oficial de la ciudad de Cuzco o por internet mucho tiempo antes. Tiene un cupo de ingreso de 2500 personas por día.

Una vez, con las entradas en mano, las mochilas cargadas de cositas ricas para comer en el camino y mientras caía la lluvia de cada día, salimos. Éramos 12, porque a último momento conocimos a un viajero de Turquía que se sumó para ascender juntos hasta lo más esperado de Perú. Llegamos al rio, cruzamos un puente colgante y empezó la aventura en subida, que se le calcula unas dos horas en llegar a la cima. Cientos de escalones de piedra nos llevarían hasta arriba, así que con tranco lento, respirando tranquilamente empezamos la gran travesía. Esta es la opción de algunos pocos porque la mayoría (o casi todos) suben en autobuses por un caracol de muchas curvas. El pasaje no es nada barato, algo así como 24 dólares por persona para subir y bajar, siendo el viaje muy cortito, de apenas unos minutos.

Cada uno fue a su tiempo, nos fuimos separando en el camino, encontrándonos con otros visitantes, cansados. Después de más de dos horas llegamos. El lugar está perfectamente preparado, hasta demasiado. Algunos molinetes y mucha seguridad. Pensar que hace algunos años atrás todo era muy diferente... con más libertad para moverse.

Y entramos nomas! A esta belleza que se encuentra entre el silencio de las montañas, de la naturaleza inmensa, donde el eco pareciera no tener fin. La ciudad inca, al sur del Perú, a 2490 m.s.n.m.

Machu Picchu es considerada una obra maestra de la arquitectura y la ingeniería incaica. El misterio que se ha tejido a su alrededor lo han convertido en uno de los destinos turísticos más populares del planeta.

Está también en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983 y en 2007 la ciudadela fue declarada como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno.

Al estar ahí la piel se eriza, al entrar y ver todo ese panorama hace que el corazón explote de alegría, sorprendiéndonos con algo que cuando se llega a la puerta del Machu Picchu todo lo que uno imagino hasta el momento se convierte aún más maravilloso. Y uno se siente pequeñito ante semejante grandeza de la naturaleza y del ser humano. Entramos apurados, la masa de gente nos llevaba, empezamos a recorrer cada pedacito del lugar mientras pedíamos que el cielo lleno de nubes grises no se cayera en ese momento para poder disfrutar un poco más. Al final entre ruegos cayeron solo algunas gotas y el día siguió brillando. Cuando empezó a oscurecer volvimos a tomar el camino de los mil escalones para bajar, teníamos un buen rato de caminata hasta el hotel. Regresamos todos juntos, de noche. Durmiendo en Aguas Calientes. Al día siguiente caminamos por las vías los 10 km de vuelta, más un mini autobús hasta llegar a Santa Teresa donde se quedó esperando nuestra casita.

Disfruten mucho de este día inolvidable entre montañas, historia e inmensidad de la naturaleza peruana.

Gracias por acompañarnos!

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Diseño y diagramación: A P