La sentencia dictada por el juez Carlos Federico Pellegrino fue leída este martes y en ambos casos, los facultativos fueron absueltos “por aplicación del beneficio de la duda”, de la imputación de “homicidio culposo”.
Carlos Eduardo Fanjul resultó acusado por haber atendido a la joven Ceballos “en su profesión de médico” y por “haber practicado el día 24 de agosto de 2.011, una “Colangio Pancreatografía retrógrada endoscópica”, en el Sanatorio Santa Rosa, “de la que resultó una perforación de duodeno y no se le practicaron los recaudos posteriores que exigía la “Lex Artis” para evitar cualquier riesgo o aumento de riesgo, falleciendo la paciente el día 29 de septiembre de 2.011 en Buenos Aires”.
A Ricardo Andrés Pasaman, se le imputó “haber recibido el día 24 de agosto de 2.011 a la paciente, en la clínica Argentina, de la ciudad de General Pico, con posterioridad a la práctica realizada en Santa Rosa por Carlos Fanjul y no haber adoptado los recaudos mínimos que exigía la “Lex Artis”, para evitar cualquier riesgo o aumento de riesgo, falleciendo la paciente el día 29 de septiembre en la Fundación Favaloro, de la ciudad de Buenos Aires, donde había sido derivada”.
Amparándose en los peritajes de parte y de peritos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el juez Pellegrino absolvió a los dos médicos -para los que se había pedido prisión en suspenso e inhabilitación-, por entender que la perforación de duodeno que sufrió la joven no fue un accidente ocurrido durante la práctica del estudio, sino como consecuencia de la evolución de la dolencia que presentaba la joven, durante un mes en el que también la atendió el gastroenterólogo Marcelo Ballari.
La familia acusó a ambos médicos –Fanjul y Pasaman-, de no haber respondido con la premura necesaria frente al complejo cuadro que sufrió la joven Ceballos y dejó estampada en los estrados, una frase que le escucharon decir crudamente a un médico de la Fundación Favaloro.
Horacio Ceballos, el padre de Ana Belén, dijo en su declaración que “a la tarde, tras operarla, hablaron con el doctor Barros Schelotto y les dijo que había aguantado bien la operación pero que estaba muy, muy grave. Que cada 48 horas la llevaban al quirófano para abrirla y sacarle todo el pus que tenía adentro. Que ese día o al otro día, el doctor Barros Schelotto le dijo “no puedo entender como el doctor de la provincia no quiere entender que estos estudios no se hacen más, porque el 70 por ciento no pasa nada y el 30 es lo que le pasó a tu hija”.
La sentencia, completa, en el documento adjunto, debajo de las fotografías.