La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, está convencida de que la oposición tiene un plan para terminar con su gobierno. Y así lo ha hecho saber a sus nuevos ministros, nombrados a principios de octubre para recuperar parte de la popularidad perdida.
Tras un encuentro con su Gabinete en Brasilia, la mandataria dijo que en su país está en curso un "golpe democrático a la paraguaya". Rousseff acompaño la frase con un gesto de manos que simuló comillas, dando a entender que se trataba de una ironía.
Luego aclaró que "Brasil no es Paraguay". "La diferencia es que en Brasil -dijo Rousseff- tenemos instituciones fuertes".
En junio de 2012, Lugo enfrentó un proceso de juicio político que terminó en pocas horas con su presidencia. Asumió entonces su vice, el liberal Federico Franco. El proceso fue leído en América Latina, más precisamente en la Unasur, como una "ruptura del orden democrático", y Paraguay fue suspendido del organismo regional.
La decisión de suspender a Paraguay de Unasur, y también del Mercosur, partió de la propia Rousseff, según recordó en su edición online el diario Folha do Sao Paulo.