JUEVES 25 de Abril
JUEVES 25 de Abril // GENERAL PICO, LA PAMPA
Seguinos en
Compartir
Twittear
  SÁBADO 14/10/2017
Zircaos Vuelta al Mundo. Capítulo 11: Humahuaca y frontera Bolivia
Desde Tilcara fuimos hasta Humahuaca, un recorrido corto que también lo hicimos junto a Pablo, el amigo viajero que recorre Argentina en una moto Gilera.

Llegamos y paramos en la plaza del centro, dimos una vuelta buscando un lugar para dormir. Entre las pocas opciones que teníamos elegimos una calle tranquila en medio de dos viejos almacenes de ramos generales, donde por la noche, a la vuelta, mujeres ofrecían comida muy barata, crujiente y aceitosa hecha en sartenes que formaban parte de la estructura de unos carritos de cuatro ruedas. 

En Humahuaca nos encontramos con más amigos con quienes habíamos coincidimos en lugares anteriores, dentro de Jujuy. Un abrazo, un mate, una despedida. Se hace más o menos el mismo recorrido, algunos andamos con mucho tiempo, otros van pasando un par de días en cada lugar y algunos apenas unas horas en cada pueblo. La cuestión es conocer, de la manera que sea, disfrutando en cada lugar del modo que se pueda. Pero como sea se vuelve a casa con las energías renovadas, el norte tiene ese…que se yo!

El día que llegamos acompañamos en la peregrinación de la conmemoración del Éxodo Jujeño que se realiza cada 23 de agosto, recordando ese día como un gran acto de heroísmo colectivo por parte del pueblo jujeño que permitió la liberación del norte argentino de las tropas españolas. La retirada, conducida por Manuel Belgrano fue desde San Salvador de Jujuy en dirección a Tucumán. Por eso mismo que durante unos días se rinden diferentes homenajes con desfiles, festejos populares y mucho más a la valentía de esos hombres y mujeres que abandonaron todo por sus ideales, llegando a quemar poblaciones enteras y todo lo cosechado, para que el enemigo no encontrase nada a su paso. Caminamos junto a la gente por varios puntos de la ciudad, cantando coplitas, bailando y recordando lo que sucedió hace más de 200 años.

El pueblo es muy bonito, tiene calles angostas y empedradas, con casa bajas de adobe, una plaza en el centro con árboles añejos, dos mercados locales con verduras frescas, carne, quesos y frutas. La ciudad es dueña de uno de los carnavales más famosos del país, donde se han preservado hasta el día de hoy las más puras costumbres carnavalescas de la zona. Un viejo correo está en la esquina de la plaza central, Alma mando unas postales para sus amigas, después de pegar a lengüetazos las estampillas. Es algo que cada tanto hacen los chicos, para no perder la alegría de enviar y del otro lado la felicidad de recibir algo que ya poco se usa.

Y subiendo por la parte del centro, logrando cruzar todos los puestos de recuerdos nos encontramos con unas inmensas escalinatas y una vez arriba estamos exactamente a algo más de 3000 msnm. Ahí nos encontramos con una obra de arte preciosa, imponente en su conjunto y por los rasgos que tiene cada personaje que representa a los pueblos originarios y su lucha por la independencia. La energía que transmite esa imagen toda y la fuerza que se siente mirando al indígena que está ubicado en el centro de la misma con la palabra “libertad!” en la boca es muy fuerte. Es el monumento a “Los Héroes de la Independencia”. Está hecho con 70 toneladas de bronce por el escultor argentino Ernesto Soto Avedaño. Y desde ahí, una vista muy hermosa de la ciudad y el paisaje que la rodea.

Nos despedimos de Pablo, nuestro amigo, sabiendo que no íbamos a encontrarnos en la próxima parada. Él tenía programado un viaje para otros pueblos cerca de Humahuaca y llegar a La Quica le llevaría más tiempo que a nosotros. En estos últimos días seguimos compartiendo mucho tiempo juntos, comidas y charlas. Fue una despedida con un abrazo enorme y un “Hasta luego!”, como siempre. Él sigue recorriendo cada provincia de Argentina y le llevará unos cuantos meses más, subido siempre a “La Caprichosa”, su moto del año 70.

Llegamos a La Quiaca e hicimos una parada de un par de días en la ciudad, necesitábamos conseguir un medicamento para Alma. Yo me la imaginé caótica, llena de gente, algunos nos habían dicho que no estaba bueno el lugar o que había que cruzarlo rápido porque al ser fronterizo no era recomendable dormir allí, pero me encontré con un lugar tranquilo donde paramos frente a un parque, a sólo tres cuadras de Bolivia y donde aprovechamos a arreglar la bomba de agua de la casa, no estaba funcionando bien y eso hacía que no tengamos agua para bañarnos o lavar los platos. Después de desarmar todo e incursionar en el reparado y armado de una bomba eléctrica (cosa nueva para nosotros) salió todo bien! Y el curso del agua volvió a ser normal dentro de la casa. Viajando se aprende a solucionar todo, a la fuerza.

Entrar a Bolivia estuvo bueno, en la frontera fueron muy amables y el clima que se respiraba era tranquilo, demoramos un poco más de la cuenta por un inconveniente en el pasaporte de Guille pero si no hubiese sido por eso era un trámite rápido y normal. Desde hace unos pocos días cambio la ley, ahora con el sello de salida de argentina automáticamente ya se tiene la entrada a Bolivia.

En Villazon, la ciudad fronteriza del lado de Bolivia, atrasamos el reloj una hora y cambiamos los pesos argentinos por bolivianos. Nos pareció un lugar agradable, lleno de colores, silencioso, era la hora de la siesta y el movimiento para.

Las cholitas y sus trenzas, polleras y enaguas, los sombreritos en equilibrio sobre sus cabezas, el equipaje en la espalda, sus niños envueltos en telas de colores intensos, arrugas profundas y a la vez ese semblante de niñas me causa mucha ternura. En una esquina grandes papayas bien maduras y sandias. Necesitábamos gas, paramos en una despensa y seguimos viaje hasta la ciudad de Tupiza, fueron 90 km de ruta buena. Llegamos de tardecita, era domingo y como cada uno de estos días los mercados locales abundan en toda Bolivia. Disfrutamos del primer paseo por este país, otros medios de transporte, otros sonidos, otras comidas, otra atmosfera respiramos. Que alegría nos da empezar a descubrir otras culturas!

Esa noche acampamos en una placita chiquita, junto a unos chicos argentinos que iban para Sucre. Al día siguiente lleno de sol y unos golpecitos nos despertaron muy temprano, cuando me asomo veo que habíamos quedado rodeados de mesas de pool (que aquí lleva otro nombre y se juega algo diferente al nuestro). Ahí supimos que es muy normal que la gente se junte a jugar en las plazas; chicos y grandes. Los partidos todavía no habían comenzado, más tarde se acercarían los parroquianos a pasar el tiempo embocando bolas. Y la tiza comunitaria me encantó, colgadita de un hilo de la rama de un árbol. Cosas de Bolivia!

Gracias por acompañarnos!

Sígannos en Facebook: ZIRCAOS VUELTA AL MUNDO

En YouTube pueden suscribirse en nuestro canal: ZIRCAOS

Hasta el próximo capítulo!!!

Comentarios
 
ACLARACIÓN: No se publicarán insultos, agravios, ni cualquier otro texto con términos injuriosos.
Tampoco se publicarán comentarios con mayúscula fija.
No observar estas condiciones obligará a la eliminación automática de los mensajes.
 
Escriba su comentario



Diseño y diagramación: A P