La firma propiedad de Miguel Calamari, quien se había candidateado a gobernador por el Frente Renovador y en medio de la crisis de su empresa se bajó, ahora podría perder incluso la representación de Renault, según admitieron sus propios empleados a Diario Textual. La firma francesa analiza retirarle la concesión.

¿Qué lo llevó a esta situación? Allegados lo atribuyeron al tren de vida de Calamari y su familia (sus hijos son corredores de autos, en el TC 2000). El, en tanto, lo atribuye a un juicio laboral que le embargó las cuentas por 45 días y no pudo realizar ventas de vehículos. En ese marco, según su versión, se endeudó con prestamistas informales.

Según pudo saber Diario Textual, en base a información del Banco Central, en los meses de junio, julio y agosto emitió 173 cheques que no fueron abonados. De ese total, 171 fueron por falta de fondos por un total de 16.618.124,84 pesos. Posteriormente, ante el reclamo, pagó 25 de esos cheques por 2,6 millones.

El último cheque rechazado que fue informado al Central debía ser cobrado el 31 de agosto, por 50 mil pesos. El 26 de agosto, en tanto, figura un cheque no pagado de medio millón de pesos.

¿Cómo está con respecto a los bancos? En muy buena situación de pago, al menos a junio de este año (se ubica en situación 1 en nueve bancos y 2 en uno).

La deuda más voluminosa es al RCI Banque –un banco para las concesionarias de autos-, con 16.895.900 pesos.

Según se informó desde el Central, al Banco de La Pampa le debe créditos por 8.756.300 pesos y al Banco Provincia de Buenos Aires 9.104.000 pesos.

Tiene deudas por créditos con otros siete bancos, por una cifra de unos 13 millones de pesos, siempre según el Central.

Ahora Calamari hizo el pedido de concurso ante la Justicia. Por sorteo, quedó radicado en el Juzgado de Ejecución, Concursos y Quiebras 2 de Santa Rosa.

El concurso es una medida preventiva de la quiebra, que puede ser solicitado cuando una persona o una empresa tienen dificultades económicas.

La empresa podrá seguir funcionando, pero controlada por un síndico. Si no logra arreglar los pagos con sus acreedores, podría ir a la quiebra.