El conjunto dirigido por Sergio Hernández comenzó muy mal, pero se repuso a mediados del encuentro y concluyó con una victoria importante y hasta lucida. Su próximo compromiso será hoy a las 16.30 contra Canadá, que ayer, en la jornada inicial, tuvo fecha libre, y que es el máximo favorito del certamen que entregará dos plazas para los Juegos Olímpicos y tres para el repechaje.

La Argentina empezó desorientada. La velocidad y frenesí del juego de Puerto Rico la tuvieron confundida, y encima Scola no encontraba resquicios en una áspera zona pintada. Entre lo escurridizo que fue Barea, los triples boricuas y la impotencia ofensiva, hubo tanteadores parciales de 14-2 en casi cinco minutos y 21-9 en casi siete.

Hernández pidió un minuto, hizo ingresar a Campazzo (no fue titular por no estar totalmente recuperado en el talón izquierdo) por Laprovittola y a Safar por Deck. El equipo cambió. Scola empezó a hacerse espacios con sus giros, la pelota se movió más segura en el perímetro y la Argentina cerró el primer período cinco puntos abajo (24-29). Pero 29 tantos recibidos fueron demasiado para un cuarto.

El siguiente ya mostró un partido más táctico y estacionado, más de campeonato importante. Mejoraron las defensas y el juego se volvió más errático. Scola asumió gran parte del peso del juego e hizo diferencias tanto en puntos (17 en la mitad inicial) como en rebotes (9). Y el conjunto albiceleste cerró los primeros 20 minutos apenas tres tantos abajo, 41-44.

La tercera etapa fue de golpe por golpe. La Argentina presionó en la salida y logró robos y contraataques, pero sufrió con varios cobros controvertidos de los referís estadounidenses y brasileño; Scola y Nocioni lideraron los reclamos. A falta de 3m53s para el final del cuarto, en un contragolpe rápido Campazzo asistió de espalda a Garino, que volcó la pelota y recibió un foul. Con la mayor ovación del Palacio de los Deportes, el marplatense festejó con furia y un fuerte abrazo de Scola: por primera vez, la Argentina estaba al frente en el tablero (63-60 con el tiro libre acertado).

La conexión Campazzo-Garino empezó no sólo a funcionar, sino también a brillar, y el equipo concluyó ese parcial 74-72 arriba, con ¡33 puntos! en ese lapso.

En el último parcial, ya con la delantera en el tanteador, el conjunto albiceleste pasó a dominar anímicamente el partido. Controló los rebotes, frustró con la marca a Puerto Rico, contraatacó mucho. De a poco amplió la diferencia, la estabilizó entre 9 y 11 puntos y pasó a bajar el ritmo, a estacionar los ataques. (Cancha Llena)