Al primer problema se le dio una solución: bombear agua desde el río Colorado. Al segundo problema se le dio una solución: canalizar el agua sobrante de acuerdo al conocido Proyecto de los Daneses. Ambas soluciones son hasta el momento “teóricas”.

Pienso que cuando una comunidad encara obras de infraestructura importantes, hay que pensar los problemas y sus posibles soluciones, globalmente. No sólo pensando en el costo de la obra y su financiamiento, sino también, en el costo operativo de la misma.

Visto de ese modo, parecería inviable económicamente bombear agua desde el sur al norte, mientras desperdiciamos los excedentes de agua dulce que nos dejan las recurrentes inundaciones que bajan por gravedad.

Por supuesto, que como humanos falibles que somos, en épocas de sequía clamamos porque nos falta agua potable en las poblaciones y en épocas de lluvias extremas clamamos porque nos saquen rápido lo excesos hídricos.

Pero, y si tomáramos ambos problemas en conjunto? Si la solución a la falta de agua potable fuera utilizar el agua que la naturaleza nos regala con cada inundación? Hablo desde la ignorancia y probablemente hago preguntas tontas. Sólo me pregunto si es sustentable la solución del acueducto y mejor que aprovechar el agua acumulada en reservorios.

Defendí la idea del acueducto del Colorado, más allá de los desmanejos de las licitaciones. El agua potable para las poblaciones es un bien preciado y hace a la calidad de vida de los habitantes, antes que ningún otro bien material. Pero en vista, que desde que habito esta región siendo adulta, he visto 3 inundaciones y sequías extremas, reviso mis ideas y pienso que quizás, la naturaleza nos está marcando el camino y sólo queda interpretarla correctamente.

Por otro lado, estamos ante una oportunidad, quizás única. El presidente es y piensa como ingeniero y el gobernador es y piensa como ingeniero. Más allá de sus ideas políticas contrapuestas, sería el momento de acordar soluciones a largo plazo, que estudiadas en profundidad y evaluando todos los impactos, nos lleven a los pampeanos del norte a dejar de padecer la falta extrema de agua por agotamiento de las napas y el sobrante extremo de agua por las recurrentes inundaciones”.

Soluciones que nos saquen de las peleas mezquinas por cortar una ruta o tapar una alcantarilla y nos permitan, como comunidad, aprovechar al máximo los recursos de nuestra región, produciendo todos los granos y la carne que seamos capaces y dotando a las ciudades y zonas rurales de caminos en condiciones y de agua en cantidad y calidad para el consumo humano.

Por Silvia Actis Giorgetto.