MIÉRCOLES 24 de Abril
MIÉRCOLES 24 de Abril // GENERAL PICO, LA PAMPA
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  DOMINGO 23/10/2016
Zircaos vuelta al mundo. Capitulo 54: Desembarcando en Ecuador
El viaje continúa! Y seguimos compartiéndolo desde nuestra ciudad a la que regresamos hace muy poco.

Queda solo un capítulo para dar por terminada nuestra primer parte de “Zircaos Vuelta al Mundo” y esto recién empieza! Pasen y vean! En este capítulo les mostramos que sacar una camioneta del puerto no es tan simple como parece!

Sabíamos que a partir de que nos subiésemos al avión en Malasia, desembarquemos en Europa por un mes y medio y arribemos a Latinoamérica, ahí ya comenzaba la última etapa de nuestro viaje, la misma que veíamos lejana, muy lejana, mientras sentíamos que faltaba mucho por andar, cruzar medio mundo, pasar por experiencias inolvidables.

El tiempo pasó muy rápido, como pasó la gente que fuimos conociendo en el camino, los paisajes, los amigos que dejamos.

El tiempo… el tiempo pasa y de qué manera! Por eso desde siempre tratamos de hacer lo que nos llene el corazón y el alma, pateando las estructuras y disfrutando de la vida como mejor nos salga, no se necesita de mucho. Viajar libres, decidiendo a cada minuto, en cada esquina, en cada encuentro, en cada lugar se dispara un abanico de invitaciones para tomar diferentes caminos, eligiendo y avanzando. Construyendo la ruta de nuestra vida.

Nuestra casita llegó exactamente a los 46 días, como nos habían dicho, ni uno más, ni uno menos. Desde el puerto de Klang, Kuala Lumpur (Malasia) salió el 1 de junio, hizo una escala en Corea y cruzó el Pacífico hasta uno de los puertos más importantes de Sudamérica, el de Guayaquil, Ecuador. Y ahí estábamos, esperándola…

Después de un vuelo bastante largo desde las Europas, interminable por las horas de espera en las diferentes escalas, llegamos. Tomamos un taxi y nos fuimos a un hotel, simple, económico, limpio y atendido por una pareja de cubanos muy amables. Que rareza era vernos en un hotel! Qué extraño era tomar taxis todo el tiempo! Comer todos los días en los puestos de la calle! Depender de horarios! Un viaje diferente.

Durante 5 días hicimos todo tipo de trámites, fuimos a muchas oficinas, conocimos gente, nos dieron una mano, nos topamos con gente linda y amable. Si, lo que no falta nunca en Ecuador es la amabilidad de su gente, la buena educación en las cosas simples. Y estoy segura que el que haya pisado Guayaquil piensa lo mismo que yo. Dicen que es una ciudad especial, de mar.

Y entre tantas idas y vueltas saboreamos los platos más exquisitos del comedor del puerto, una serie de restaurancitos muy simples al aire libre, uno al lado de otro donde en pizarras, escrito con tiza está el menú del día. Sopa, plato fuerte y refresco a solo 2 dólares, unos 34 pesos. Ceviche, sopa de pescado, pollo frito, plátano, arroz, unos menús súper tentadores y lo mejor… con los trabajadores del puerto. Daba mucho gusto sentarse en una de estas mesas debiluchas y quedar mirando alrededor cada escena, cada persona, el murmullo de la gente, los olores y sentir ese calor de 36 grados a la 1 de la tarde, cuando el sol pega de verdad.

Al puerto nos lo conocimos todo, hablamos con muchos, pasamos muchas horas dentro haciendo trámites, o esperando bajo alguna sombrita de un árbol, ya algunos nos saludaban y nos preguntaban cómo iba todo. Y al fin! Después de cinco días nuestra casita fue liberada. Fue cuando descubrimos que habían roto una ventana y que habían entrado llevándose muchas cosas. Con un camión la retiramos del puerto y comenzó la odisea para conseguir bajarla desde semejante altura.

Y lo que siempre pasa cuando se viaja…se encuentra gente dispuesta a dar una mano a cambio de nada. Y esta vez fue el camionero que nos tocó, un señor muy amable, con cara de bueno, fuimos para acá, fuimos para allá y no hubo caso, no encontrábamos las maquinarias ni la forma de bajarla. Él empezó a llamar por teléfono y dimos con un depósito donde era posible hacerlo y hasta ahí fuimos, saltábamos de alegría, el chofer también! Así que, con las ganas de ayudarnos que tenían los trabajadores de allí, la buena onda del camionero, la precisión de cada uno en la operación y todas las energías en positivo nuestra casita volvió a pisar tierra después de 51 días. Arrancando de primera como si nada.

Era viernes, esa noche dormimos en el hotel, la camioneta necesitaba de una buena limpieza. Al día siguiente, bien temprano volvimos a salir a las rutas. Qué alegría!! Cuanta ansiedad nos entró de golpe!!

Era muy emocionante estar pisando el continente americano con nuestra casita, la misma que viene juntando magia desde el día en que la vimos…

Ya estamos llegando al final de esta primer parte de la vuelta al mundo.

Gracias por acompañarnos!!!!!!

Abrazos viajeros!!

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