Va puteando por lo bajito pero tiene un vozarrón que expande sus insultos por toda la manzana; eso si está en casa.

Y está en casa hace un par de días. Paró unos días de trabajar, por vago por supuesto, y porque según él ya estaba por rociar con gas pimienta o chimichurri  a los pasajeros porque estaba harto del tema fútbol.

_ Igual les tiro pedos para que se sientan incómodos y para cambiarles el tema, me dijo.

Algo es un tipo terco e intransigente, se enojó con el fútbol en general y prometió no volver a ver “ni un puto partido más” según sus palabras.

_ ¿Y ahora qué vas a hacer con todas las horas que el dedicabas a la pelota?, le pregunté preocupada porque el hombre es como un Tetris de rutinas.

_ Voy a mirar Gran Hermano.

_ Agarrámela con la mano, se me escapó. Algo me hace esa rima siempre.

Se rió y por un segundo y medio se olvidó de lo que lo aquejaba hasta que volvió a quejarse.

“Jugadores, hinchas, periodistas, dirigentes, todos cabezas de termo. El país se terminó de ir a la mierda”, iba masticando como chicle sabor mierda.

“Patear, pelota, arco, ese es el pensamiento promedio. Si a estos tipos les implantás una neurona y se desata el Big Bang en esas cabezas de poronga” siguió mientras miraba un programa de debate político en el que también estaban hablando de fútbol. Algo se transforma en un panelista más y se pone a discutir con el televisor; habla más con la tele que conmigo.

Es hincha (o era, no sé como se maneja eso) de River y ya está con abstinencia porque no va a ver el partido de mañana.

“2000 palos gastan en Fútbol para Todos para mantener a estos tipos que son la nueva clase alta de la Argentina. Los jugadores de fútbol son la nueva burguesía, estamos cagados”, siguió.

Eso me sorprendió; Algo es el fan número uno de Cristina y da muestras acabadas de eso a diario (ya les contaré).

“ El fútbol es un hecho cultural…¡dejáte de joder!. En oriente lapidar minas es un hecho cultural y nadie televisa los cascotazos”

_ ¿La nueva burguesía?, pregunté. ¿Tradición, familia y propiedad?

_ Plata, putas, auto.

No parecían diferenciarse demasiado, era como un agregado necesario.

“El fútbol ya se comió al rock y produjo un Cromañón, ahora se morfó a la política. Que lo prohíban para siempre”, dijo temerariamente Algo en medio de la furia que era producto de una tristeza nueva por la decisión que había tomado.

“Ya que gastan fortunas en el Fútbol que no vaya más gente a la cancha porque al final son todos iguales. Escriben River con b alta y Boca con V baja, cerré el face porque estaba podrido de ver el mismo chiste pelotudo viralizado por todos estos cabezas de chota”. Algo estaba haciendo un esfuerzo por ser un diccionario de sinónimos de la guarangada.

_ Por ahí cambia algo, le dije compartiendo su pena.

_ Ya sabés lo que pienso Mora, la gente no cambia.

_ Yo conozco gente que cambió, le respondí.

_ Si cambió es porque antes no lo conocías bien o porque está agazapado para volver a salir con más fuerza. El hijo de puta siempre es hijo de puta aunque por momentos se disfrace de boludo.

Algo tenía muy clara la teoría de que la gente no cambiaba, no daba segundas oportunidades.

“Hay que televisar partidos de Play, ni se van a dar cuenta”, siguió.

Estaba muy alterado, quise ayudarlo.

_ Los planetas están en una alineación difícil para que tomes esta decisión apresurada, salió en tu horóscopo que Tauro está en la casa 6 con Plutón en oposición.

Me miró nomás, Algo y los astros no hacían buena pareja.

_ Ya fui al médico a preguntarle eso.

_ ¿Qué?

_ No me acuerdo si me dijo que tenía Aries, Capricornio, Piscis…

_ ¿Y qué te dijo?, lo interrumpí.

_ Que era Cáncer.

Me quedé unos segundos pasmada, impotente; los ojos se me pusieron vidriosos.

_ ¡Boludo de mierda! No vuelvas a hacerme un chiste como ese. ¡Nunca, pero nunca!, le dije.

“Bueno”, me contestó.

_ ¡Sos un forro!, seguí.

Algo me abrazó para calmarme un poco; me sentí bien contra su pecho. Tengo que escribir sobre la realidad y siempre termina él en mis líneas.

Algo es mi realidad y mis sueños también.