SÁBADO 20 de Abril
SÁBADO 20 de Abril // GENERAL PICO, LA PAMPA
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  LUNES 26/09/2016
El tipo, ella y el “demasiado humano”
JUAN ZETA (Entrega n° 15)
La gente denunciaba robo. Los representantes de las iglesias, herejía. Nadie entendía qué lo que pasaba iba más allá de esas apreciaciones.

El tipo apagó el televisor y la miró mirando con el mismo desconcierto de las personas que aparecían en la televisión.

Sí, otra vez yo.

Jesús, ahora tiene un dios, el tipo no tiene un dios, yo no tengo un dios.

Jesús tiene un padre, el tipo no tiene un padre, yo no tengo un padre.

Jesús tuvo un hijo, el tipo no tuvo un hijo, yo no tuve un hijo.

Un sueño perdido se me clavó en el corazón. Duele, lastima, sangra.

Mi alma cede ante el peso de su propia desdicha, mi corazón es una bolsa repleta de los añicos que quedaron de una ilusión de cristal.

Aislamiento forzoso, ermitaño por obligación. No elegí hacer nada de lo que hice, no elegí ser el o lo que soy.

Soledad lacerante. Ojos vidriosos y empañados por gotas de una angustia acumulada que transpira, rebalsa y pugna por salir.

Ansiedades incontenibles.

Nudos imposibles de desatar, mucho menos de tragar. Trago amargo de una decepción.

Un dominó de imágenes fabricadas felices que se desdibujan, oscurecen y desaparecen. La primera ficha ya cayó y el camino a la ceguera no tiene retorno.

Sin apoyo y sin bastón blanco. Sin lazarillo y sin alguien que me ilumine.

Jesús, ahora tiene un dios, el tipo no tiene un dios, yo no tengo un dios.

Jesús tiene un padre, el tipo no tiene un padre, yo no tengo un padre.

Jesús tuvo un hijo, el tipo no tuvo un hijo, yo no tuve un hijo.

¿Puede ser el tipo mi dios? ¿Puedo ser yo el dios del tipo?

¿Puede ser el tipo mi hijo? ¿Puedo ser yo el hijo del tipo?

¿Puede ser el tipo mi padre? ¿Puedo ser yo el padre del tipo?

No puedo saber nada. Solamente puedo seguir observando y contando.

 

_ ¿No entendés aun, no?, le preguntó el tipo a ella.

_ Parece que a todos se les dio por robar cruces después de que se conoció la noticia de que vos habías sacado la de la Iglesia de San Cayetano. Otros locos te están copiando como en copycat, dijo ella.

_ No, no entendés. El único idiota y pelotudo que se robó un Cristo fui yo. Nadie robó los demás. Desaparecieron, se esfumaron. No los tiene nadie, sólo no existen más, concluyó el tipo como si hablase de algo natural.

Ella seguía confundida. En un impulso, en un acto reflejo, corrió hasta la habitación dónde había visto la noche anterior al Cristo robado por el tipo.

_ ¡No está! El que te robaste vos tampoco está, dijo alarmada aunque no sabía de qué tenía que alarmarse.

_ Ese si está, es el único que está. Es el único que parece haber quedado en todo el mundo. No está ahí pero está en mi habitación. Cambió un poco desde la última vez que lo viste. Lo vas a reconocer pero no lo vas a poder creer...

_ No te entiendo. Sé que parezco una estúpida pero no te entiendo, interrumpió ella. “¿Por qué lo llevaste a nuestra habitación?”

_ No lo llevé yo, lo ayudé un poco tal vez pero fue solo, dijo el tipo

_ ¡Claro! ¡Ahora entiendo todo! Jesucristo resucitó, caminó y se metió en tu habitación, dijo la ironía de ella.

_ Exactamente, contestó el tipo.

_ ¿Exactamente que cosa? ¡Pelotudo! ¡Estás drogado o borracho o las dos cosas! ¡Me tenés harta! Jugás todo el tiempo conmigo. ¿No te alcanza con hacerme infeliz? ¿No te alcanza con desaparecer cuando se te da la gana y venir a buscarme cuando tenés ganas de coger o cuando no tenés quién te de whisky? ¿No estás cansado de usarme  a mí y a mis sentimientos como si fuéramos un condón? ¡No te quiero ver nunca más!¡Borracho, drogadicto, mentiroso y frustrado hijo de puta!

Todas las broncas, todas las decepciones, todos los desengaños, todos los sueños que cada vez que tomaban vuelo eran volteados por una piedra que salía de la mano del tipo se hicieron palabras que laceraron al tipo más que cien latigazos. Sobre las heridas abiertas por esas palabras punzantes, ella descargaba llanto y golpes de puño.

El tipo recibió con resignación esas duras pero nunca tan acertadas palabras. El tipo aceptó los golpes y no hizo nada para detenerlos, simplemente se dejó golpear hasta que ella se cansó.

El tipo sacó un pañuelo del bolsillo y se secó un hilo de sangre que le brotaba de la nariz, con el mismo pañuelo secó las lágrimas que manaban de los ojos de ella.

Sangre y lágrimas, una síntesis de la vida del tipo. Sangre y lágrimas, una síntesis de la vida de ella desde que había conocido al tipo en una cálida noche de primavera dónde su corazón se había visto desbordado por las ganas de vivir de ese hombre que ahora era el fantasma de aquel.

Ella se dejó secar las lágrimas, ella se dejó abrazar aunque no devolvió el abrazo, ella escuchó al tipo pedirle que lo escuche. Se sentó y lo escuchó, sintiendo que ésta sí sería la última vez que lo haría.

El tipo iba cayendo en el abismo que se había abierto a sus pies después de las palabras de ella. Él ya se encontraba dentro de un pozo pero estaba cayendo en otro, y desde allá abajo, desde adentro del pozo que contenía al otro pozo que lo contenía a él, el tipo habló. Su voz, que venía de esas profundidades, sonó de ultratumba.

_Tenés razón en todo. Soy un fracasado, un enfermo, un suicida sin éxito, un borracho, un mentiroso, un hijo de puta y más todavía. Todo lo malo que hay en este mundo yo lo tengo dentro de mí. Lo único bueno que tenía eras vos y sos demasiado buena para mí. Si te digo que no quise herirte, que no quise hacerte infeliz te mentiría de nuevo. Si bien nunca fue mi intención lastimarte, todo el tiempo sabía que lo estaba haciendo y no lo evité. Y el no evitarlo es lo mismo que hacerlo, es lo mismo que querer hacerlo. No te voy a pedir perdón, serías capaz de dármelo y sería el permiso para otra cagada. No quiero más oportunidades para hacerte mal. Jamás merecí todo lo que me diste y vos nunca mereciste lo que yo te di. Podés irte cuando quieras, no te culparía, es más, si no te vas te echo yo de mi lado. Hacete ese favor, hacete el favor de ser feliz, hacete el favor de tirar a la basura a una basura como yo...

_ ¡Pará!, interrumpió ella con los ojos otra vez regados en lágrimas.

_ No, no digas nada. Ni se te ocurra arrepentirte. Dijiste las certezas más grandes y abandonarme va a ser el acto más inteligente de tu vida. Y demos por terminado este tema. Te estoy debiendo una explicación y en eso no te mentí. No te voy a hablar sobre milagros porque el único milagro sería que yo vuelva a ser otra vez un hombre. No te voy a hablar de fenómenos paranormales porque no creo en eso. No te voy a hablar de religión porque ni la religión puede explicar lo que pasó. No te voy a hablar ni de dioses ni de demonios, no te voy a hablar ni de cielos ni de infiernos; sólo te voy a decir esto y creémelo. Suena loco, suena descabellado, estoy fumado y estoy tal vez borracho, pero no te mentí.  El Cristo que me robé de la iglesia está vivo. No me preguntes cómo ni por qué. Solamente sé que lo desclavé y lo curé y ahora el ñato está vivo. Y por alguna razón, o por alguna sinrazón, todos los Cristos, todos los crucifijos y todas las cruces del mundo están desapareciendo si no es que ya desaparecieron por completo. Esta es la verdad: el ñato está vivo en mi habitación y acaba de hacerme pelota la botella de J&B, soliloquió el tipo.

_ ¿En serio me estás diciendo que resucitó otra vez?, preguntó ella al ver al tipo tan cómodo en su relato.

_ No sé si otra vez, pero sí, resucitó.

Ella no supo que decir, el tipo no tenía nada más para decir. Era indudable que el silencio se abriría paso y se instalaría vaya uno a saber por cuánto tiempo en la casa del tipo. Pero cuando el silencio estaba acomodando su grande, blanco y fofo culo sobre las almas de ella y del tipo, alguien se encargó de echarlo a patadas en su grande, blanco y fofo culo.

_ ¡Soy el Hijo del Hombre, soy el Hijo de Dios, soy el Mesías, soy Dios!, un grito fanático y demencial salió por el ojo de la cerradura de la puerta del cuarto del tipo como un camello por el ojo de una aguja.

El tipo entró en la habitación y vio a Jesús en la cama con todos los libros abiertos en alguna página; había entendido rápido como eran las cosas. La botella de whisky, efectivamente, estaba rota.

_ ¡Calláte loco de mierda! Y me rompiste la botella nomás, te voy a clavar de vuelta, dijo el tipo.

_ ¡Más respeto por el Señor! ¡Soy Dios! Yo curé a los paralíticos besándole los pies, yo curé a los ciegos besándole los ojos. Acá lo dice, dijo Jesús señalando un Nuevo Testamento.

_ Besame el culo y curame las hemorroides, dijo el tipo dando un portazo.

Ella, que había sido testigo privilegiado de la escena y que ya había aceptado la verdad por más incoherente que ésta fuera, le dijo al tipo: “No le hables así. Es Jesucristo, es Dios”.

_ No, no es ningún dios. Es humano. Es demasiado humano.

La puerta de la habitación se abrió y en el marco de la puerta se recortó la figura huesuda de Jesús, dentro de la bata, que trastabilló y si no fuera por los reflejos del tipo hubiese terminado de trompa en el piso. Jesús estaba borracho como un tonel.

_Gracias hermano, parece que te debo la vida nuevamente. Y la botella no se rompió, la tiré yo contra el piso pero antes me tomé todo el contenido. ¿Tenés más? ¿Y de esa cosa para fumar tenés más? Tengo hambre, dijo Jesús en medio del bajón.

_ Estás en un pedo santo, dijo el tipo. Ya te voy a dar de comer.

Jesús la vio a ella, Jesús vio que ella lo miraba casi desvanecida.

_Vos debés ser la hembra del hermano. Yo soy Jesús de Belén.

_Ya lo sé, ya te conocía, dijo ella con voz irregular.

_ ¿Y creías en mí?, preguntó Jesús.

_ Sí.

_ Pues acá estoy, resucité. Soy tu Dios, pedime lo que quieras, se agrandó Jesús.

_ No tengo nada para pedirte, dijo ella.

_ ¿Cómo que no tenés nada para pedirme? Soy tu Dios y siempre hay algo para pedirle a Dios. ¿Creés en mí, verdad?, me lo acabás de decir, dijo Jesús.

_Ya no lo sé. No te parecés a Dios. Parecés humano, parecés demasiado humano, se decepcionó ella.

 

Comentarios
 
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 26/09/2016 | 23:05 Hs
Enviado por wtf???
...
 
 26/09/2016 | 21:27 Hs
Enviado por Marcelo
Me pasa lo que a Martin, o será que mi intelecto no da para mas que Cenicienta o El gato con botas. Caperucita roja no logré entenderla.
 
 26/09/2016 | 13:38 Hs
Enviado por Martin
Que sería ésto? Tiene continuidad? Son relatos o cuentos? No alcanzo a entender
 
 26/09/2016 | 13:00 Hs
Enviado por Andre
Que suerte que hicieron una sección! Ahora me puse al día de un tirón. Es impresionante! Decirte genio es poco. Podrías haber numerado los capítulos, no?
 
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