El imputado fue condenando a 10 años de prisión de cumplimiento efectivo, después que el juez Carlos Federico Pellegrino consideró que se trató de delitos continuados, ambos agravados por la situación de convivencia. La niña fue sometida desde los 11 años.

El debate oral se realizó los días 16, 17 y 18 pasados, en la Sala de Audiencias de Juicio de la Segunda Circunscripción Judicial.

Intervino en representación del Ministerio Público Fiscal Ana Laura Ruffini y asistió en la defensa al imputado, María José Gianinetto. Fabián Allara asistió en su carácter de asesor de menores.

El hombre condenado fue encontrado culpable de haber abusado sexualmente, en reiteradas oportunidades, de la hija de su concubina.

La Fiscalía solicitó 12 años de prisión de efectivo cumplimiento y la defensa la absolución, por el beneficio de la duda y subsidiariamente, por abuso sexual simple, agravado por haber sido cometido contra un menor de 18 años, aprovechando la convivencia preexistente y se lo condene a la pena mínima de tres años de prisión en suspenso.

Antes de fallar, el juez Pellegrino efectuó un repaso “de manera somera”, de la “historia de vida de la pequeña víctima”.

“Hija de ZL y de AR, hermano del imputado, que formaban pareja hasta que la Sra. ZL se une con JLR , -imputado-, sin saber de aquel embarazo. La niña nació prematura y tuvo muchas dificultades de salud para poder sobrevivir, habiendo quedado, según su abuela, con algunas secuelas. Evidentemente, la madre nunca la aceptó y no le brindó afecto maternal, desde muy niña debió encargarse de los quehaceres domésticos y el cuidado de sus hermanos menores, si hasta resultó culpada del fallecimiento de una hermanita, cuando la pequeña contaba con tan solo dos años de edad. Con ésta discriminación familiar debió convivir hasta que fue a vivir con su abuela YR, quien luego enferma y la niña debe retornar al hogar de sus padres, hasta que se realiza la denuncia de los hechos investigados en el presente legajo, donde retornó al hogar de su abuela. El estado de vulnerabilidad resulta evidente”.

“En la entrevista realizada en oportunidad ya del debate oral, la menor pudo identificar la ocurrencia de -al menos- cuatro hechos, una primera situación en su cama donde se presentó el imputado, sacándose la ropa y haciendo lo propio con la menor, accediéndola carnalmente, pese a la oposición y llanto de la pequeña. Una segunda oportunidad, cuando se hallaba en el baño de la vivienda fue abordada por el imputado, que la volvió a acceder vía vaginal. Una tercera oportunidad, cuando era obligada a acompañar al encartado en sus viajes en camión, durante una noche y en la cucheta del camión, resultó nuevamente accedida, está vez, identificando el acceso como penetración anal y una última oportunidad en la cocina del domicilio donde debió soportar tocamientos impúdicos en sus zonas íntimas, pechos y vagina, por parte de R, situación que habría sido advertida por la hermana menor de nombre V, quien se lo habría hecho saber a DI, para posteriormente desencadenar en la presente denuncia”.

“Todos los elementos, analizados en contexto –indicó el juez-, determinan el convencimiento necesario a fin de adquirir certeza positiva de la existencia de los hechos denunciados, superando cualquier duda razonable”.