La presencia de los tambores al costado de la ruta motivó la convocatoria de la Brigada de Materiales Peligrosos, Bomberos y personal de Defensa Civil.
Si bien no trascendió el nombre del contenido, de color verdoso y sustancia gelatinosa, se estima que podría ser utlizado en la actividad petrolera. Uno de los tambores tenía una pérdida que posteriormente se comprobó que era un material corrosivo que se utiliza en los pozos petroleros.
Los residuos fueron depositados en un lugar cerrado y ventilado, para que no queden expuestos a la acción del viento y evitar la dispersión de los gases.