El 6 julio de 2009, el cazador Matías Ramos murió en cercanías de Eduardo Castex. Siete años después, en Lonquimay, perdió la vida el cazador piquense Santiago Garialdi. En los dos hechos, con características similares, están involucrados efectivos de la Policía de La Pampa.
Hace siete años, el abogado Ezequiel Marquesoni defendió a la familia de Matías Ramos. En diálogo con MaracóDigital.net recordó lo que fue aquel litigio ante la Justicia pampeana. “Si bien recién estamos ante una causa en trámite (por la muerte de Garialdi), es inevitable revivir y hacer comparaciones con el caso de Matías Ramos”, sostuvo el letrado.
“Las sensaciones que me vienen, es el recuerdo de una causa en la que intervine y a la familia de Matías Ramos le quedó una sensación de impunidad total, porque más allá que se obtuvo una condena por homicidio culposo -que por más leve que sea no deja de ser una condena- fue mínima respecto a las expectativas que había”, detalló.
En aquella oportunidad, Marquesoni y la familia de Ramos pedían una condena por homicidio simple. “El homicidio simple es una pena en la que se aplican de 8 a 25 años de prisión. Esa era la expectativa que había ante un debate oral y público, porque hubo un disparo frontal que mató a Matías Ramos”, recordó el abogado piquense.
“Recuerdo que en aquella causa aparecieron dos disparos en el móvil policial. Pero luego de una pericia de Gendarmería Nacional, se comprobó que esos disparos nunca podrían haber sido efectuados por Matías (Ramos), porque el ángulo de incidencia no daba con la ubicación que él tenía en la camioneta”, comentó.
“Es por eso que cuando se dio por tierra esa teoría, la familia Ramos comenzó a sospechar que la Policía había intentado fraguar pruebas para alegar legítima defensa. Cuando la pericia de Gendarmería hizo caer esa hipótesis de los disparos en el móvil policial, suponemos que fue que decidieron implementar la modalidad de juicio abreviado”, concluyó Marquesoni.
Por estas horas, y a tan sólo tres días de la muerte de Santiago Garialdi, comienzan a surgir diferentes versiones de lo sucedido el domingo en Lonquimay. Mientras que los cazadores que sobrevivieron hablan de una emboscada policial, ahora apareció la hipótesis de un posible enfrentamiento entre cazadores y policías.
Será la justica la que determine qué fue lo que pasó es día y buscará al o los culpables de la tragedia. Pero lo cierto es que, una vez más, un cazador murió y el disparo provino de un arma policial reglamentaria.