Este lunes por la tarde se llevó a cabo la audiencia de juicio directo por un robo perpetrado el último sábado, donde los sospechados del delito ingresaron a una vivienda de calle 26 entre 17 y 19 violentando la puerta de ingreso y se llevaron un reloj pulsera, propiedad de la dueña de casa.
En ese mismo instante donde se habría cometido el ilícito, los delincuentes fueron vistos por un vecino quien alertó al Comando Radioeléctrico. Efectivos policiales de varias dependencias llevaron a cabo un gran operativo ese mismo sábado sobre las 22 y terminaron interceptando a Orellano y a Becerra en las inmediaciones del fondo del restaurante “Máximo”, de calle 24 entre 17 y 19.
La fiscal del caso Verónica Campo indicó que ambos imputados fueron detenidos en situación de “flagrancia” por lo que caratuló el hecho de manera provisoria como como robo con perforación o fractura de puerta. La representante del Ministerio Público mencionó que entre las pertenencias de Becerra se encontró una llave de una motocicleta marca Honda que la policía halló abandonada cerca del lugar.
Campo determinó que los imputados están ligados directamente con la causa y por eso solicitó la prisión preventiva para los dos acusados hasta la finalización del proceso. Además, como ambos tienen antecedentes previos y cumplen condenas en suspenso, aseguró que indefectiblemente terminarán con una pena de efectivo cumplimiento.
Los presuntos autores del hecho declararon durante el juicio directo. Por su parte, Orellano tomó la palabra y entre sus dichos manifestó que caminaban por calle 19 cuando al doblar por la 24 fueron interceptados por un patrullero con agentes que de manera rápida comenzaron a agredirlos. Indicó que los esposaron, los arrastraron y los culparon de un robo sabiendo quienes eran ellos –refiriéndose a que cumplen con condenas penales-.
“Nos trataron como amínales”, sostuvo Orellano y agregó que “nos dieron patadas en la cara y en todo el cuerpo para que nos calláramos. Hicimos la denuncia correspondiente con el forense por el maltrato que tuvo la policía con nosotros”.
El imputado solicitó “piedad” y “no ser juzgado por mis antecedentes ya que he cumplido una condena. Pido que no me juzguen”, reclamó.
Luego fue el turno de Becerra, quien contó lo mismo que su compañero de causa, aseguró que les pegaron y que le bajaron un diente de un “culetazo” con un arma. No tengo nada que ver con este robo, ya me han agarrado varias veces por el hecho de que tengo una condena y me van a engarronar. Pido que me tengan piedad también”, consideró el joven.
Por otra parte, el abogado defensor Ortiz Zamora remarcó que sus clientes fueron detenidos en la vereda del local Máximo y no en flagrancia, por lo que mencionó además que las declaraciones policiales no son ciertas y que los efectivos golpearon a sus defendidos durante la detención.
Finalmente el juez Federico Pellegrino aprobó lo dicho por la fiscal Campo en lo referido a la flagrancia y ejecutó el pedido de prisión preventiva hasta la finalización del proceso, agregando además que las posibles penas que se apliquen serán de efectivo cumplimiento.
El debate será durante los próximos días y estará presidido por la jueza Paola Loscertales.