MIÉRCOLES 17 de Abril
MIÉRCOLES 17 de Abril // GENERAL PICO, LA PAMPA
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  LUNES 18/07/2016
El tipo metió la gamba
JUAN ZETA (Entrega n° 5)
El tipo recaló en un detalle: no era el único portador de una espiga; cientos de ellas danzaban bajo la mañana oscura. Se le vino a la mente un campo de trigo de su provincia natal. La dureza del asfalto, la ausencia de una brisa limpia y del olor a tierra húmeda, la vejación al silencio y un pitido de un tren desbarataron la nostálgica y aburrida postal del trigal. El tipo no tenía sensibilidades de terrateniente.

Volvió su atención hacia las mesas. “¡Sea santo por un día!”, clamaba una mujer delgada que vendía unos aros para ponerse en la cabeza. Al sacudirlos se encendían lanzando una luz blanca y celestial.

En el puesto de al lado, una niña ofrecía bolitas de varios colores.

_ ¿Para qué sirven?, preguntó el tipo.

_ Para que usted arme su propio rosario, respondió la niña.

_ ¡Ah! Los santafesinos deben estar felices con esta ocurrencia, dijo el tipo en una risa fuera de lugar.

La niña lo miró, la niña no entendió, la niña no devolvió el carcajeo del tipo que dejó el puesto masticando un: “no sé si era bueno pero era un chiste al fin”.

En otro puesto vendían Biblias, en otro calefones. En otro discos compactos con la voz del Papa Francisco; también con la de Gilda.

Sahumerios, velas y cualquier cosa que largara humo y olor eran ofrecidos.

La película “El exorcista” venía con una botellita de agua bendita de regalo y una bolsa para vomitar.

En la mesa contigua se vendían esculturas: San Cayetano, Jesús, varias vírgenes que eran la misma virgen, palomas, ángeles y hasta un becerro dorado pisaba la madera.

El tipo recordó los dos primeros mandamientos que figuraban en, por lo menos, dos libros del antiguo testamento: en el Éxodo y en el Deuteronomio, antes de que el cristianismo los alterara.

El primero: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”, el segundo: “No harás imagen, ni semejanza de cosa alguna que esté en el cielo, ni en la tierra, ni en las aguas, ni te inclinarás a ellas, ni las honrarás”.

Se acordó que el segundo fue suprimido y desde entonces los católicos romanos fueron dueños de contravenir las órdenes de su propio Dios adorando imágenes mientras sus sacerdotes no sólo callaban ante esta iconografía hecha y adorada contra el mandamiento de Dios, sino que pontificaban sus poderes milagrosos.

El tipo se colgó pensando de una cuerda floja y también rememoró que otro mandamiento, el cuarto, rezaba: “Santificarás el séptimo día descansando de todo trabajo”. La Iglesia también lo había quebrantado al cambiar el día de reposo, que era el sábado, por el día festivo pagano que era el día del sol: el domingo.

_ ¡Y después soy yo el que me cago en Dios!, dijo sin medir el volumen de la voz.

Nadie pareció reparar en él, pero un dedo le golpeó insistentemente el hombro.

_ Aunque digas eso Dios te va a perdonar, dijo el dueño del dedo golpeador de hombros que era un anciano que salpicaba al hablar.

_ No me importa, yo a él no lo voy a perdonar jamás, respondió el tipo.

El anciano sintió pena; yo también.

¿Qué quién soy yo? Ya les voy a contar, pero les digo que también conozco a la niña que vendía bolitas, al falso rengo, al aparente ciego, al tipo, a ella, a todos, a ese anciano que escupe al hablar y a la mujer del anciano que ahora va a ser nombrada.

_ Le voy a contar a mi señora de vos, dijo el anciano, seguro que te va a incluir en sus oraciones.

_ Si lo hace pierde el tiempo. La mujer a veces es un ser crédulo, respondió el tipo.

_ No te olvides que venís de una mujer.

_ Aguda observación la suya.

El anciano no comprendió lo que el tipo le quería decir. El tipo no sabía qué era exactamente lo que debía decir.

_ A la teoría del repollo hace mucho que no adhiero, dijo el tipo y le volvió la espalda dando arbitrariamente por finalizada la conversación.

Encendió un cigarrillo y pensó: “Ahora falta que otro viejo choto me diga que fumar me va a matar”.

Todavía conservaba la espiga de trigo, el pan de arcilla y las fotos. Leyó el texto que estaba escrito en el dorso de una estampita.

“¡Oh Glorioso San Cayetano! ¡Padre de la Providencia!, no permitas que en mi casa me falte la subsistencia y de tu liberal mano una limosna te pido en lo temporal y humano. ¡Oh Glorioso San Cayetano! Providencia, Providencia, Providencia”.

Si bien lo leyó para sus adentros, le pareció escucharse. Se sorprendió, no sabía muy bien pero creía que de su boca no había escapado sonido alguno.

Oteó su entorno y siguió la dirección de la voz que provenía de la boca de un cura parado en un improvisado escenario con un micrófono en la mano.

El tipo estaba parado justo frente a la iglesia, por primera vez tuvo noción de cómo era verdaderamente un inmueble de ese tipo.

La iglesia estaba retirada unos quince metros de la línea municipal. Unas rejas negras con un cartel que decía: “Prohibido arrojar basura” y que servían para impedir el acceso en las horas dónde la helada vestía a los que estaban del lado de afuera, estaban clavadas a una pequeña pared.

Entre el templo y las rejas se desplegaba un pasacalles. “Siga conectado con San Cayetano, sintonice radio Pan y Trabajo o síganos en Facebook y Twitter”

La iglesia tenía una torre que remataba en la cruz de neón manca, una puerta central y dos entradas laterales. La puerta del centro era más grande, de hierro y con una gran cruz ornándola. Estaba cerrada.

El cura seguía, micrófono en mano, animando la hora de la pobreza.

_ ¡Oh Glorioso San Cayetano! ¡ Padre de la Providencia, no permitas que en mi casa me falte...

_   ...no permitas que en mi casa falten las puertas porque quiere decir que las vendí, completó la oración el tipo que no quería limosnas.

_  Ahora vamos a rezar el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria Patri, dijo el sacerdote.

_ ¡No me sé ninguna! ¡Cantá una que sepamos todos!, le gritó el tipo.

El cura lo miró con desprecio. Él no se sintió despreciado por ese pollerudo que parecía un pedófilo mal camuflado.

Traspasó las rejas y con determinación y obstinación se dispuso a entrar al templo. La entrada derecha estaba atestada de gente, por la izquierda no entraba nadie. Por esa puerta metió la gamba el tipo que pisaba por primera vez una iglesia, se sintió en terreno hostil y entró agarrándose la cabeza por si lo lapidaba un cacho de reboque flojo.

 

Comentarios
 
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 19/07/2016 | 10:03 Hs
Enviado por Marce
Zeta cuidate de los fanáticos. Con el Papa nuevo surgieron a una nueva moda de intolerancia. Queremos más del tipo pero también cuidarte
 
 18/07/2016 | 18:54 Hs
Enviado por El Marques
Hace 500 años , z hubiera ardido en la pira de la Inquisición, solo x decir verdades .. Que los "fariseos nunca se fueron del templo " .Que hay un cristianismo original (pagano del judaísmo ) , que duró hasta el concilio de nícea adonde Constantino se hizo cristiano . Que los asesinos de Jesus , los romanos , al no podér con el cristianismo se hicieron de el . Que el cristianismo paso de resistencia a poder Otra vez brillante z . Gracias x contar todo lo que no cuentan en la iglesia (ni en la escuela )
 
 18/07/2016 | 18:38 Hs
Enviado por Mao
Y sí Pedro, entiendo que para el que está acostumbrado a seguir ciegamente al líder mesiánico (sin importar si te lleva al abismo o no) no comprenda que en vez de pedir censura puede ejercer la libertad de leerlo o no. Vos sin duda no la entendés ni la entenderás nunca, pero es muy lindo ejercerla. Raul, ahora voy a hacer un curso acelerado de lecto-escritura. Espero poder terminarlo antes del domingo así entiendo el próximo.
 
 18/07/2016 | 14:45 Hs
Enviado por Pedro
Mao invitó a NO leer a Zeta al final de un discurso sobre la libertad. ..jajaja
 
 18/07/2016 | 14:37 Hs
Enviado por Raul
Marta yo te diría que te pongas a rezar porque ya lleva como media docena de publicaciones con "el tipo " y parece que va por más. Zeta siempre va por más. ... Mao no lo entendió
 
 18/07/2016 | 14:02 Hs
Enviado por Mao
Marta, no coincido ideológicamente en nada con Z, ni siquiera desde mi agnosticismo. Pero me alegra enormemente que pueda expresar libremente lo que piensa, cosa que jamás podríamos hacer nosotros en países con regímenes a los que él adhiere. Basta de pedir censura, no hay bien más preciado que la libertad. Ejercé tu libertad y no lo leas.
 
 18/07/2016 | 12:11 Hs
Enviado por Marta
Sres de MD dejen de publicar éstas faltas graves de respeto a Dios y a la fe
 
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Diseño y diagramación: A P