El impacto que tuvieron las subas en el transporte, los servicios públicos, el combustible y los abonos telefónicos también contribuyó a que se dieran migración de marcas, compra oportunista, recorte de gastos, entre otras estrategias.

Según datos del relevamiento Pulso Social que realiza el área cualitativa de la investigadora de mercado CCR, en abril de este año se registraron varios cambios a la hora de comprar. El primero de ellos es que los consumidores eligen ir a más de un punto de venta, pueden concurrir hasta a cinco comercios diferentes, para comparar los precios de los distintos lugares y aprovechar las ofertas de cada uno.

Los días de la semana para ir al supermercado están condicionados por las ofertas de los establecimientos. Si bien antes las compras aumentaban durante el fin de semana, ahora depende de qué es más conveniente para ahorrar.

A la hora de seleccionar el usuario se volvió más racional, es decir, que no compra de forma automática sino que lleva a una revisión y análisis de los precios. En ese proceso, se eliminaron productos que no se consideran imprescindibles a la vez que se redujo la cantidad (la caída del consumo en abril fue del 3,6%). Asimismo, se compra más al contado y no tanto en tarjeta.

Un 63% de los encuestados reconoce que dejó de comprar productos de marcas líderes para consumir segundas marcas. En el primer trimestre de este año los artículos propios de las cadenas de supermercados crecieron un 20%. Otra de las preferencias son los “Precios cuidados” o aquellas marcas que están en oferta.

Otra estrategia que empezó a imponerse es acudir a canales mayoristas, donde se observa una reducción media del precio de un 30%, según informó el director de CCR Ricardo Fitz Simon al diario Clarín.